Hay melancolías –no las de Lars Von Trier– que reconfortan. Hacen que uno se sienta vivo, perteneciente a un todo. El sentimiento, pausado pero intenso, se vuelve morriña –intrínseca en el Reino de Galicia– cuando la añoranza se refiere a una patria arrebatada; alejada, ausente. También hay un pesar referente al hogar; pero más crudo y fiero. El … Sigue leyendo